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La trampa del perfeccionismo silencioso: cuando hacerlo todo bien no te deja respirar

  • Writer: Gema Benito González
    Gema Benito González
  • Jul 22
  • 3 min read

Updated: Jul 23

“Estoy agotada, pero no sé por qué.”

“Todo está bien, pero siento que algo en mí no descansa nunca.”

“Lo tengo todo, y sin embargo me siento vacía.”


Estas frases no siempre se dicen en voz alta, pero aparecen mucho en consulta. Suelen venir de personas que funcionan: que cuidan, que trabajan, que resuelven, que lo hacen todo bien. Personas a las que les cuesta pedir ayuda porque “hay gente con problemas de verdad”.


Pero debajo de ese “funcionar bien”, muchas veces hay algo que no se nombra: la exigencia constante, la autoexigencia silenciosa, el perfeccionismo crónico.


🔍 ¿Qué es el perfeccionismo silencioso?


No se nota a simple vista. De hecho, suele ir disfrazado de responsabilidad, eficiencia, compromiso o incluso éxito.


Son personas que no fallan, que cumplen, que resuelven lo de todos… pero a costa de sí mismas. No se permiten bajar el ritmo, ni decir “hoy no puedo”, ni sentirse tristes sin justificarse. Suelen pensar que si se relajan, todo se viene abajo. O que si dejan de exigirse, dejarán de valer.


“Si no lo hago yo, no se hace bien.”

“No es para tanto, ya descansaré después.”

“No me puedo permitir fallar.”


Estas frases no son inofensivas. Son señales.


🧠 ¿Cómo afecta este perfeccionismo a nuestra salud mental?


✓ Cansancio crónico y desconexión emocional.

✓ Ansiedad y dificultad para descansar de verdad.

✓ Insomnio, tensión corporal, sensación de alerta constante.

✓ Irritabilidad o ganas de desaparecer por un rato.

✓ Sensación de vacío, incluso cuando todo “va bien”.


Es una trampa porque nadie desde fuera lo ve como un problema. A veces ni siquiera tú lo ves así. Pero por dentro, vivir así agota y va dejando huella.


🪞 ¿De dónde viene este patrón?


En muchas historias hay un hilo común:


✓ Infancias en las que se valoraba más lo que hacías que cómo te sentías.

✓ Vínculos que premiaban la utilidad, la corrección, el “ser fuerte”.

✓ Creencias profundas del tipo “si no estoy a la altura, me dejan de querer”.


El perfeccionismo no siempre es una elección. A veces es una coraza que aprendimos para sobrevivir.


🧶 ¿Cómo lo trabajamos en terapia?


Nombrando lo que pasa sin juicio: observar cómo funciona ese patrón en tu día a día.


Reconociendo las creencias que lo sostienen y de dónde vienen.


Aprendiendo a hacer pausas, a permitirte el error, la lentitud, el descanso.


Reeducando la mirada interna: pasar del “nunca es suficiente” al “ya es bastante”.


No se trata de dejar de hacer cosas. Se trata de aprender a no exigirte que todo salga perfecto para sentirte válida.


💬 Si te resuena, quizás es momento de parar


Funcionar no es lo mismo que estar bien.


Si sientes que estás cansada de cumplir con todo sin dejar espacio para ti, si te cuesta descansar sin culpa o bajar la exigencia sin miedo… quizá ha llegado el momento de parar y mirarte con más amabilidad.


🌱 En mi consulta —en Barajas o en formato online— acompaño procesos en los que no hace falta “estar fatal” para pedir ayuda. Basta con sentir que quieres vivir con menos peso y más calma.


Si te has reconocido en estas líneas y te gustaría trabajar tus vínculos familiares desde una mirada terapéutica y cercana, puedes conocer más sobre mi trabajo en Crianza acompañada o escribirme directamente por WhatsApp.

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